Las amigas de mis amigos

El "libro de las caras"... Quién no lo conoce? A quién no le han llegado montones de invitaciones para abrirse una cuenta en Facebook?? La revolución de las redes sociales, la ventana abierta de par en par a la intimidad de los demás, una fuente de gozo y dispersión... porque, reconozcámoslo, somos cotillas por naturaleza y, encima, las macetitas con flores y plantas exóticas, las guerras de bolas de nieve, los ánimos al equipo de fútbol, los vampiros, los abrazos, cervezas, copas y cócteles, las plantas para salvar al Rainforest y demás... pueden llegar a enganchar hasta niveles desconocidos.

Yo tengo un primo que vive fuera de España y vino a estudiar un año a esta ciudad tan bonita, acogedora y marchosa que se llama Madrid. A mi primo le encanta el Facebook, colgar fotos, añadir más y más amigos... En mi "wall" aparecía a menudo que mi primo había añadido nuevas fotos y, claro, como soy un poco cotilla (no lo voy a negar), pues miraba sus fotos, con sus guapísimas amigas, siempre de juerga, a diferentes horas de la noche, en que se puede apreciar perfectamente la hora aproximada tanto por el color y brillo de los ojos como por las "poses" de los fotografiados...

Un día me fui a acompañar a la otra Violeta a un centro comercial para cambiar unas cosas y, cuando llegamos a la caja, la chica que nos atendió me resultaba familiar. Me dije "A esta chica yo la he visto en algún lado" (los nombres me pueden bailar, pero las caras no se me olvidan nunca!!!!). Me puse a hacer memoria y... ostras, si es una de las amigas de mi primo!!! Claro, en mi memoria apareció la imagen de ella siempre de fiesta, con cara de "otrae copa poer fovorrrrr" y ... en fin.. no sé si escribirlo... bueno sí, no os voy a dejar con la intriga.. jajajaja En muchas fotos iba muy ligera de ropa... Así que imaginaos la situación: en una tienda cualquiera de Madrid nos atiende una chica que no conozco absolutamente de nada, pero que yo hubiese podido decirle que era amiga de tal chico, dónde y con quién estuvo tal y tal día y cómo iba vestida. Es fuerte, no????? Se hubiese quedado a cuadros. A lo mejor contado así no parece para tanto, pero es que si uno ve las fotos.... pues como que mejor ponerles tres filtros de privacidad, antes de que las puedan ver las amigas de mis amigos!!!!

En fin, esto me dio qué pensar...

(Lo siento, no hay ningún artículo en nuestra legislación vigente que regule la condición de cotilla jajajaja) Aunque... si entramos en el campo de las intromisiones ilegítimas, eso es otro tema:

Artículo 7 Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, de Protección Civil del Derecho al Honor, a la Intimidad Personal y Familiar y a la Propia Imagen.

Tendrán la consideración de intromisiones ilegítimas en el ámbito de protección delimitado por el artículo segundo de esta Ley:

Uno. El emplazamiento en cualquier lugar de aparatos de escucha, de filmación, de dispositivos ópticos o de cualquier otro medio apto para grabar o reproducir la vida íntima de las personas.

Dos. La utilización de aparatos de escucha, dispositivos ópticos, o de cualquier otro medio para el conocimiento de la vida íntima de las personas o de manifestaciones o cartas privadas no destinadas a quien haga uso de tales medios, así como su grabación, registro o reproducción.

Tres. La divulgación de hechos relativos a la vida privada de una persona o familia que afecten a su reputación y buen nombre, así como la revelación o publicación del contenido de cartas, memorias u otros escritos personales de carácter íntimo.

Cuatro. La revelación de datos privados de una persona o familia conocidos a través de la actividad profesional u oficial de quien los revela.

Cinco. La captación, reproducción o publicación por fotografía, filme, o cualquier otro procedimiento, de la imagen de una persona en lugares o momentos de su vida privada o fuera de ellos, salvo los casos previstos en el artículo octavo, dos.

Seis. La utilización del nombre, de la voz o de la imagen de una persona para fines publicitarios, comerciales o de naturaleza análoga.

Siete. La imputación de hechos o la manifestación de juicios de valor a través de acciones o expresiones que de cualquier modo lesionen la dignidad de otra persona, menoscabando su fama o atentando contra su propia estimación.